La representación del mundo


https://es.wikipedia.org/wiki/Placa_de_la_Pioneer

Una Imagen para el cosmos

En 1972 la NASA envió al espacio la sonda Pioneer 10. A bordo colocó una placa de aluminio y oro en la que se habían grabado las distancias de los catorce púlsares del Sol, el símbolo de una molécula de hidrógeno, la posición de la Tierra en el sistema, la trayectoria de la nave y un dibujo a escala que reproducía a un hombre y a una mujer con el vehículo espacial de fondo. Se trataba de un llamamiento lanzado por la especie humana a la misteriosa inmensidad del universo: el mensaje —enteramente visual— estaba destinado, según explicó la propia NASA, a los posibles «seres inteligentes» con que la sonda pudiera toparse en su larguísimo viaje; y, hasta donde sabemos, el mensaje sigue vagando por el espacio cósmico, a la espera de que alguna forma de civilización lo recupere y extraiga las informaciones esenciales acerca del planeta Tierra y de su especie dominante.

En la placa de la NASA se intentó representar el mundo —nuestro mundo— en una suerte de elemental esencialidad. Proyectada para comunicar con «inteligencias» desconocidas, condensaba en unos pocos trazos una realidad pluridimensional. El espacio y el tiempo, la naturaleza y la historia, la técnica y el pensamiento aparecían reducidos a una vertiginosa escala mínima, en la que la síntesis extrema de nuestra identidad cósmica le era confiada a la parquedad, asimismo extrema, del signo. Toda la infinita complejidad de nuestra existencia fue aspirada, en aquellas pequeñas imágenes, por un vórtice del que sólo estaban destinadas a emerger y a permanecer fijadas sus señas primarias. Es verdad, abordo de una minúscula nave espacial hubiera resultado difícil insertar una mayor cantidad de información. Pero está claro que su concisión obedece a un diseño preciso. Lo que se pretendía obtener tan sólo era la respuesta a las preguntas que legitiman la identidad de los individuos de nuestro mundo: quiénes somos, dónde estamos, qué hacemos. Las coordenadas de identidad que definen el incierto mapa de nuestra sociedad en este caso han adquirido proporciones cósmicas.

Maurizio Vitta (2003). El sistema de las imágenes. Barcelona: Paidós Arte y Educación, pag. 17-18

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